El miércoles 13 de marzo se cumplieron 6 años del día en que Jorge Bergoglio, tras 5 votaciones en el cónclave del Vaticano después de la renuncia de Benedicto XVI fuera elegido Papa y nombrado Francisco. Nacido en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, a los 21 años decidió convertirse en sacerdote e ingresó en el seminario del barrio Villa Devoto como novicio de la orden jesuita, donde fue ordenado el 13 de diciembre de 1969.
Francisco,un personaje controvertido no solo por ser el primer representante de la Iglesia de origen latinoamericano sino por romper la tradición al provenir de la orden jesuita y que además en los últimos tiempos ha tenido que hacer frente al estallido de escándalos y denuncias que exponen a sacerdotes y altos prelados por casos de abuso sexual ha cumplido también una intensa gestión diplomática que le ha permitido recorrer el mundo, reencontrarse con diversas religiones y estar presente en escenarios de guerras y confrontaciones armadas;dando de esta manera al ejercicio papal un peso adicional en el sentido de que se le considera (a prueba de repetidos sondeos) como una de las personalidades más influyentes en la política e incluso en la valoración de su capacidad de comunicación con amplios sectores sin vinculación con la religión católica.
COINCIDENCIA EN EL TIEMPO
Días antes de su ascenso papal, moría Hugo Chávez Frías y se abría en consecuencia un período de expectativa no solo en Venezuela sino en América Latina, un continente impactado por el mensaje ideológico bolivariano convertido luego en el “Socialismo del siglo XXI”. Al mes siguiente, en abril, fue electo Nicolás Maduro en una polémica confrontación electoral para asumir el legado de Chávez y en el marco de graves discrepancias que iban a marcar de manera dramática su mandato hasta convertirse, como hoy en día, en un tema principal de la política internacional. Bergoglio inició entonces visitas a los países de América Latina, pero nunca incluyó a Venezuela (que con anterioridad había sido visitada en dos oportunidades 1985/1996 por Juan Pablo II) y que a lo largo de los últimos años ha estado sumergida en el torbellino de la conflictividad política con grandes implicaciones sociales incluso con riesgo de inestabilidad para la paz de países de la región.
En 2014, sectores de la oposición encabezados por el excandidato presidencial Leopoldo López iniciaron la llamada “Salida”, una activación de calle que advertía sobre el rumbo aún más autoritario del régimen y el estallido de la violencia y la represión que en esos días culminó con 43 muertos según algunas cifras, una cantidad indeterminada de presos, detenidos, procesados y el fracaso de gestiones conciliatorias entre oposición y gobierno.
La victoria opositora en diciembre 2015 para ejercer la mayoría de la Asamblea Nacional y el agravamiento de la crisis económica y el éxodo social abrió espacio para una nueva gestión conciliatoria, ahora encabezada por el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y varios países latinoamericanos que culminaron con la creación del “Grupo de Lima”, tensando al máximo de nuevo el antagonismo gobierno/oposición. El Vaticano entró a jugar de nuevo lo que podría ser un papel decisivo en las gestiones pacificadoras, de tal modo que Nicolás Maduro y los más representativos líderes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) fueron recibidos por el propio Francisco en el Vaticano. El fracaso de las nuevas tentativas de negociación, radicalizó el escenario con el desacato decretado por la AN del gobierno, la convocatoria por Maduro de una Asamblea Nacional Constituyente con suprapoderes que ha sustituido en la práctica al tradicional órgano legislativo y de nuevo la convocatoria a movilizaciones de calle que reprodujeron las llamadas “guarimbas” del 2014 y que culminaron al final del 2017 con al menos 172 muertos, una cifra indeterminada de heridos, y además considerables daños materiales en las principales ciudades del país. Los partidos opositores se negaron a participar a partir de entonces en la convocatoria a elección de gobernadores, alcaldes, concejales y la reelección presidencial del 20 de mayo de 2018, mientras que la presión internacional, asumida ahora directamente por el gobierno de Washington con apoyo de los gobiernos vecinos de Colombia y Brasil, además de las naciones convocadas desde Perú subida de tono.
En ese cuadro se hizo vigente de nuevo sin duda la intermediación del Vaticano, más si se tomaba en cuenta que la Conferencia Episcopal Venezolana se sumó a las propuestas opositoras. Para los grupos más radicalizados del antimadurismo que incluso admiten y en algunos casos estimulan la intervención extranjera sería indispensable una acción más categórica de Francisco, dado que sus voceros más allegados seguían exhortando al diálogo y la necesidad de fijar condiciones viables para una negociación capaz de restablecer la gobernabilidad democrática. Si bien ha sido persistente la exhortación desde Roma en busca de un acuerdo, incluso recientemente se filtró una carta privada de Francisco para Maduro, en la cual le hacía observaciones críticas por no haber avanzado en busca de un acuerdo nacional, en el manejo de las redes sociales que en términos de opinión resultan ser en los nuevos tiempos los ejes de una verdadera oposición y que a falta de razonamientos consistentes estimulan la descalificación fácil e impune, Francisco se ha convertido incluso en un supuesto aliado del plan madurista para perpetuarse en el poder y no ha faltado quien le atribuya una vieja inclinación marxista.
Lo cierto es que los seis años del mandato de Francisco y al mismo tiempo del primer gobierno de Maduro, han definido encuentros, desencuentros y torcidas interpretaciones que cobran ahora mayor fuerza cuando la crisis venezolana se complica e incluso se plantean escenarios impredecibles.
DIEZ FRASES
La palabra papal cobra una gran importancia, ya no solo para los fieles católicos sino para la opinión mundial que ha encontrado en la polémica gestión de Francisco a uno de los principales referentes frente a los conflictos y exigencias mundiales. El portal “Culturizando” ha reunido, a propósito de los 6 años de su escogencia, 10 frases que resumen su pensamiento:
«Cuanto más grande seas, más humilde tienes que ser»
«Que la patria sea un lugar para todos»
«Hay gente que cuida mejor a sus perros que a sus hermanos»
«En la ciudad, la esclavitud está a la orden del día»
«Los más pobres, para los suficientes, no cuentan»
«La deuda social es inmoral, injusta e ilegítima»
«Sólo los que dialogan pueden tender puentes y vínculos»
«El mentiroso, por esencia, nos promete pero no paga»
«Nuestro pueblo tiene una fuerte conciencia de su dignidad y sabe que la única salida es el camino de los proyectos claros, previsibles, que exigen compromiso de todos los actores de la sociedad»
«Cuando vayas subiendo, saluda a todos. Son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando»