Sala de Prensa
Se agotó el discurso
Se acabó el discurso. El problema es que las ideas las proponen los mismos actores de siempre, o los aprendices de esos mismos actores.
Se acabó el discurso. Parece inevitable que la percepción que se tiene de todo gobierno largo se deteriore con el tiempo. Irremediablemente si es ineficiente. Distinto es que se mantenga en el poder. Porque tenga dinero y no tema usarlo, o porque tenga la fuerza y no tema usarla. Ejemplos sobran en todas las longitudes. Más frecuentemente en algunas latitudes. Yo creo que eso tiene que ver con la benevolencia del trópico. Pero ese es otro tema.
Ahora nos acabamos de enterar que fuimos objeto de una guerra magneto-cibernética. Una declaración supremamente reveladora. Porque, por una parte, desnuda que el gobierno no tiene suficiente capital, ni político ni del otro, para invertir en una explicación detallada -y necesaria- de lo que pasó y de cómo lo van a resolver. Pero, por otra parte, porque sugiere una importante desconexión. El PSUV llegó al poder como un partido de bases populares. Populista, sin duda. Y durante muchos años tuvo el dinero, la fuerza y, sobre todo, el discurso, para mantenerse en el poder. Un discurso que ha sido preciso para llegar a sus bases, fiel al guión, con la forma y el contenido que ellas consumen y digieren bien.
Pero el hecho es que este fue un mensaje que no se lo creyeron ni los que se lo quieren creer. La máquina funcionó aceitadita. Las emisoras radiales aliadas difundieron el mensaje sin desviación. Hasta con entusiasmo. Pero los oyentes no se lo creyeron. Por cierto: Iguanas, Incendios, Imperios, Invasiones; debe haber algo esotérico con la letra "i" en el discurso del siglo XXI. La "x" como que no ayuda mucho para echarle la culpa a otro.
Y es que tanto tiempo en el poder te aleja de tus orígenes. No hay nada más crítico para un político que interpretar el sentir de sus bases. Las buenas estadísticas ayudan. Las otras estadísticas solo sirven para darle un barnizcito de seriedad al discurso. Pero nada sustituye una buena intuición y esa es con frecuencia una de las primeras bajas en las batallas que pierde un gobierno de largo plazo.
El problema es que aparece y crece ese fenómeno que un amigo llama "incesto intelectual", donde las ideas las proponen los mismos actores de siempre, o los aprendices de esos mismos actores. Esto, aparte de ser una incubadora que a la larga limita la creatividad, crea un chatroom enrarecido donde los participantes se convencen unos a otros de que tienen la razón; una razón que se les esclerosa y después es durísima de erradicar. Pero la clave es que se "convencen". Ellos. Los voceros del discurso. Y, una vez convencidos, ¿cómo arreglas lo que no ves descompuesto?
Bueno. Es eso, o la verdad es tan demoledora que mejor una de comiquitas, aunque sea inverosímil. Falta ver que tanto se vendió ese cuento. Creo que poco. Es mi impresión.
Y es que tanto tiempo en el poder te aleja de tus orígenes. No hay nada más crítico para un político que interpretar el sentir de sus bases. Las buenas estadísticas ayudan. Las otras estadísticas solo sirven para darle un barnizcito de seriedad al discurso. Pero nada sustituye una buena intuición y esa es con frecuencia una de las primeras bajas en las batallas que pierde un gobierno de largo plazo.
El problema es que aparece y crece ese fenómeno que un amigo llama "incesto intelectual", donde las ideas las proponen los mismos actores de siempre, o los aprendices de esos mismos actores. Esto, aparte de ser una incubadora que a la larga limita la creatividad, crea un chatroom enrarecido donde los participantes se convencen unos a otros de que tienen la razón; una razón que se les esclerosa y después es durísima de erradicar. Pero la clave es que se "convencen". Ellos. Los voceros del discurso. Y, una vez convencidos, ¿cómo arreglas lo que no ves descompuesto?
Bueno. Es eso, o la verdad es tan demoledora que mejor una de comiquitas, aunque sea inverosímil. Falta ver que tanto se vendió ese cuento. Creo que poco. Es mi impresión.
